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Cuando empiezas a sospechar que la "sincro" es el deporte de tu hij@.

  • cnaphoenixsincro
  • 9 oct 2018
  • 1 Min. de lectura

Mi hija era una de esas niñas que no para, que pasaba más tiempo bocabajo que con los pies en el suelo y a la que le encantaba el agua.

Tengo que decir que la primera vez que la apunté a natación, con tres años, creo recordar, la dejaba con su monitora (una santa con una gran mano con los niños y mucha experiencia) llorando como una loca, por lo que la natación le duró apenas dos meses. Por lo que la natación sincronizada nunca se me pasó por la cabeza como el deporte de su vida.

Mi hija se quería apuntar a todo, tenía un exceso de energía que tenía que quemar en diferentes actividades. Probó tenis, ballet, gimnasia rítmica, baile español, judo y creo que alguna cosa más. Todo le gustaba pero sin emocionarla demasiado, hasta que la "sincro" se cruzó en su camino casi por casualidad.

Comenzó como cualquier actividad extraescolar, dos días a la semana. Pero continuó y llegó a un grupo de competición.

Muchas niñas (y digo niñas porque no conseguimos que los niños se nos animen) comienzan porque lo ven en la tele y les gusta, o porque se pasan el verano en la piscina dando volteretas arriba y abajo, o porque las apuntan a natación y les aburre sólo nadar... hay mil motivos para comenzar en la natación artística.

Si crees que puede ser su deporte deja que lo pruebe, puede que sea su deporte.


 
 
 

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